Ash. Chupetes desde Marte El arca del fanzinefable

12/11/17

Ash. Chupetes desde Marte 
Publicado en So Young en abril de 1997


Es la banda a la que primero me apuntaría si tuviera ocho años menos y algo de destreza instrumental. Ash (Tim Wheeler, Mark Hamilton, Rick McMurray) representan el auténtico espíritu juvenil del pop, son un antídoto contra el aburrimiento y hacen una especie de power-punk eufórico con melodías acarameladas y guitarras atropellando lo que encuentran a su paso.

Un día de diciembre de 1994, de madrugada, vi un videoclip de esta banda de Downpatrick (Belfast, Irlanda del Norte) llamado “Petrol”. En ese mismo momento (bueno, después de verlo 2 o 3 veces) lo vi claro: Ash iban a vender discos a kilos. Lo que no me pude imaginar es que sería tan pronto. Ni 2 años han tardado en conseguir el triunfo absoluto. Pero vayamos por partes.

Tras pasar un par de años tocando en pequeños locales y editar un single con una pequeña compañía, el sello Infectious se fija en ellos. “Jack Names The Planets” fue su explosivo punto de partida, y si en algo se ha coincidido desde los diversos medios es en compararlos con los Buzzcocks, un grupo que triunfaba cuando los componentes de Ash todavía se alimentaban de biberón. Le siguió la citada “Petrol”, con unos eléctricos cambios de ritmo que la convierten en un continuado escalofrío romántico-guitarrero que, junto a las más recientes “Angel Interceptor” y “Girl From Mars” componen el triplete glorioso de la hasta ahora corta historia de Ash.

    

Su tercer single, “Uncle Pat”, fue el encargado de demostrar que la banda también domina los tiempos más reposados, aunque siempre bañados en sus particulares ácidas guitarras. Es el más claro precedente de la vertiente tranquila de su primer álbum “1977”.

Con la base de estos tres singles previos presentan el mini-CD “Trailer”, completado con cuatro canciones donde domina más el punk-pop que el pop-punk, la cara menos amable pero igual de efectiva de Ash. Esta última faceta, de momento, no la han vuelto a revisitar, al menos tan crudamente. El productor de este primer semi-largo no fue otro que Marc Waterman, que también produjo el debut de Elastica.

E igual que a todos y cada uno de los cerdos les llega su correspondiente San Martín, todo grupo famoso tiene su propio big bang musical. Para Ash está claro que fue el single “Kung-Fu” y la aparición con el mismo de una nueva y determinante figura: el productor Owen Morris. El afamado productor de, entre otros, Oasis, ha sabido sacar todo el jugo al talento de Wheeler y compañía en sus producciones, dotando a Ash de un sonido brillante en sus melodías y potente en sus guitarras. Todo esto acarrea más comparaciones con los Buzzcocks y un mogollón de ventas del single en el 95, de lo que se aprovecharon para reeditar “Trailer” con “Kung-Fu” dentro. Sin duda es una canción que consigue patearte el oído tan implacablemente como lo hace el futbolista del Manchester United, Cantona, a un espectador en la portada del single.

Durante el 95 lanzaban además otros dos singles. Las dos dianas -la de la calidad y la del éxito- iban a ser torpedeadas en el mismísimo centro: “Girl From Mars” y “Angel Interceptor”. La primera, un auténtico estallido adolescente de emoción que se cuela entre yunque y martillo a base de subidones continuos de adrenalina, y la segunda, otra enorme canción pop con un estribillo incasdencente y eterno. Los augurios para el próximo álbum se presentaban, pues, inmejorables.

La mecha para la definitiva explosión de la dinamita fue encendida por el single previo “Goldfinger”, otra descarga más de romanticismo juvenil con una melodía impactante que en su cara B contenía una versión del “Get Ready” de los Temptations. Y por fin, el álbum, "1977", que les ha traído, no sé si para ellos por sorpresa o no, muchísimo éxito, muchas ventas y muchas giras por Japón, Europa y USA. Objetivamente, es un disco en donde las cuatro mejores canciones -junto a “Oh Yeah”- son sus singles previos. Con algunas de estas canciones Ash han tocado el cielo del pop más supervitaminado y mineralizado del momento y la juventud, la asimilación correcta del éxito y los buitres van a ser sus próximos enemigos para construir una sólida carrera de la que han hecho lo más difícil, establecer una base consistente y emocionante.

    

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