"Fallen leaves" (Aki Kaurismäki) Tocinillo de cine (70)

10/5/24

"Cruda como un trago de vodka, divertida como sus consecuencias y amarga como la resaca posterior, el corazón de 'Fallen Leaves' son sus dos encantadores protagonistas, una mujer que sobrevive con un contrato abusivo en un supermercado y un tipo cuyo problema con la bebida comienza a afectarle en su día a día. Ansa y Holappa, interpretados Alma Pöysti y Jussi Vatanen, verán cómo se cruzan sus caminos en la bifurcación más necesaria de sus vidas: un karaoke.
Kaurismäki, que se estrenó en la ficción en 1983 con 'Crimen y castigo', lleva cuatro décadas demostrando que es un autor histórico, uno de esos cineastas que trascienden en el tiempo y el espacio para convertirse en su propio género, uno lleno de verdad, con un somnoliento trasfondo trágico y un siempre reconfortante abrazo cómico con el que nos mantiene enganchados a sus inusualmente pictóricos escenarios ordinarios".
(Ricardo Rosado, Fotogramas)

La vida es un poco más cañón con Alcalá Norte

7/5/24

"El Power Ranger verde, Tolkien, Superman, Dioniso/Baco, Ernst Jünger, Antonio Alcántara, Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez. Parte de la imaginería del grupo Alcalá Norte parece reunida por un delirante Nietzsche dispuesto a superar la debacle del cristianismo echando mano de un puñado de referentes aleatorios. Algo a lo que asirse en tiempos de crisis, conflictos e incertezas. Sin embargo, más allá de ese misticismo pop que anida en sus letras y esgrimen entre risas, lo que Alcalá Norte mejor encarna es el espíritu alegre y combativo de los superhéroes de barrio de Kiko Veneno. No en forma, pero sí en fondo: se entrenan en sótanos, lanzan mensajes y no dejan que el coste de la vida les agarre". Susana Monteagudo (elDiario.es)

"Run run run" (Motorcycle Boy) Transmutaciones (18)

5/5/24

Motorcycle Boy: "Run run run" (The Velvet Underground & Nico)

Marguerita Passion had to get her fixShe wasn't well, she was getting sickWent to sell her soul, she wasn't highDidn't know, thinks she could buy itAnd she would run, run, run, run, runTake a drag or twoRun, run, run, run, runGypsy Death and youTell you whatcha do

"Diarios. A ratos perdidos 3 y 4" (Rafael Chirbes). 1.ª parte Subrayadas (172)

2/5/24

Recuerdo eso que dice La Celestina de que no hay nadie tan viejo que no pueda vivir un día más, ni tan joven que no pueda morir mañana.

Nosotros los europeos hemos generado la mayor movilización del odio y del crimen jamás habida. Hemos sabido matar mejor que nadie, más rápido que nadie y más barato que nadie. Nuestra buena fe puede existir. Pero los muertos no la corroboran.

¿Y si viniera la muerte y no se acabara el sufrimiento?

Hay juguetes que los niños no llegan a estrenar, los rompen antes de iniciar el juego, haciendo pruebas, aprendiendo a montarlos: algo así la vida. Te acercas a los sesenta y te das cuenta de que sigues aprendiendo la mecánica del artefacto, de que aún estás en la fase que precede al juego, leyéndote el libro de instrucciones, pero resulta que el árbitro se ha mirado el reloj porque está a punto de silbar el fin del partido.

Leo cientos de páginas cada día hasta que se me nubla la vista y, enseguida, me olvido de lo que he leído. Eso es cuanto hago, cuanto tengo que hacer: y pensar egoístamente en mí, en mi propio sufrimiento, mi autocrático sufrimiento, la forma suprema del egoísmo.

Atreverte a escribir tu propia historia desde la mirada poliédrica del insecto capturado en la tela de araña de la que no consigue librarse. Contar la desgana de la araña, que se desinteresa de su captura y deja secarse el insecto prendido de las irisaciones que el sol a contraluz vuelve hermosas.

En todos mis libros, hay una contradictoria desconfianza de la cultura: sin cultura eres un imbécil, con cultura estás a punto de convertirte en un hijo de puta.

En "Georgia", la película de Arthur Penn, esta frase que muy bien puede decirle Rubén a Matías: «Quieres esconderte de la vida, pero la vida te encuentra y te aplasta». 

Es el resumen de la vida que me queda, siete u ocho cuadernos, y un mundo que se me escapa, por más libros y periódicos que me empeñe en leer; y una memoria y una voluntad en retirada.

En este torbellino que noto alrededor, en vez de tener más claridad para opinar sobre esto o aquello, permanezco cada vez más expectante, atónito, mareado por el ruido de los hechos, aturdido, embobado. Sensación de ciclo cumplido: sé que hay nonagenarios lúcidos, que siguen trabajando hasta el final, que se comprometen con esto y aquello, gente que sale en manifestación a los ochenta y tantos años, a los noventa, pero cada uno tiene su cuerpo y su alma, y a cada cual hay que pedirle lo que pueda dar.

Volviendo al paso del tiempo, y a cómo nos cambia la mirada, no conviene olvidar que no es solo la mirada la que cambia. Cambia el mundo que nos rodeaba cuando la mirada aprendía a mirar.

Gil de Biedma decía que solo tenía ideas como reacción a las de otro. A mí me ocurre igual: en cuanto me quedo solo descubro que estoy hueco. Dentro no hay nada.

Barcelona entera, un parque temático. En cuanto uno de esos turistas saca la cámara para fotografiar algo, empieza a agitarse la marea humana a sus espaldas. Busca en bolsos y faltriqueras cámaras y teléfonos móviles. El contagio. Los fotógrafos se multiplican, todo el mundo quiere recoger la imagen de lo que al primero se le ocurrió retratar: en este caso un edificio sin gracia alguna, aunque no importaría que fuese directamente espantoso. Los unos copian a los otros, pensando que seguramente ellos no tienen la suficiente sensibilidad como para descubrirle la belleza, el encanto, o el mérito artístico a ese edificio que las cámaras solicitan. Barcelona, una vieja puta que vende hasta el último centímetro de su cuerpo.

La memoria, un gran fraude en reconstrucción permanente.

Se ha quedado dentro eso que Canetti llama el aguijón: envenena mi manera de enfrentarme a las cosas en este momento. Me vienen a la cabeza las imágenes del muchacho apasionado por todo, y, muy especialmente, por el bien común. Eres el solar que ha quedado después de que la piqueta haya demolido esas cosas. A lo mejor, soy yo mismo quien convoca, sin quererlo, la desgracia. ¿Genética o biografía?

Amor y esclavitud. Te deseo porque no te dejas capturar para que yo te haga trizas.

El ser humano más inocente y limpio, escrutado de cerca, podría ser condenado a muerte diez veces a lo largo de su vida, porque la vida es más poderosa y ambigua que cualquier ley.

De fulano o de mengano decimos que han muerto en un accidente, o de forma imprevista, cuando el accidente que debería sorprendernos es estar vivos hoy también. Es la vida lo que es un accidente fugaz en el imponente devenir del planeta, del universo y todos esos conceptos grandiosos, pero también en lo más cercano, en nuestro diminuto círculo, nuestra vida, la de los que nos rodean. Lo raro es vivir, tituló la Gaite una de sus novelas.

Tengo no poco de esa personalidad que definimos como español bocazas, cuya sede parlamentaria es la barra de un bar, a ser posible de noche, y más bien tarde, pongamos que cuando ya es más madrugada que noche.

Me considero —por elección propia— heredero de una tradición de descreídos, porque solo siendo descreído se puede ser libre.

Poco puede el arte frente a un subsecretario del gobierno.

Música para camaleones (Fuego en Cairo #24) Podcastinando (15)

30/4/24

Gary Numan : Music for Chameleons / The Chameleons : Thursday’s Child / The Chameleons : In Shreds / The Sun and the Moon : Peace in our Time / Lori and the Chameleons : The Lonely Spy / The Teardrop Explodes : Metranil Vavin / Talk Talk : After the Flood / Wire : German Shepherds / Tall Dwarfs : Archaeopteryx / Peter Gutteridge : Lonely / The Church : Violet Town / The The : Uncertain Smile / The Comsat Angels : Missing in Action / Ultravox : Dislocation / John Cale : The Soul of Carmen Miranda.

"Meet me on Tuesdays (folk version) (The Brilliant Corners) Grábame una cinta de 60 (118)

28/4/24

The Brilliant Corners fueron un grupo de Bristol que se mantuvo activa durante una década, de 1983 a 1993. Estaba formado por Davey Woodward (cantante/guitarrista/compositor), Chris Galvin (bajo) y Bob Morris (batería). Varios miembros ayudaron a completar la formación a lo largo del camino, siendo los más notables Winston Forbes (guitarra) que estaba allí al principio y Dan Pacini (trompeta). "Meet me on Tuesdays (folk version)" apareció en el recopilatorio del grupo "Heart on your sleeve. A decade in pop 1983-1993)". La canción original, uno de sus clásicos, apareció en el EP "The fruit machine", de 1986.

5 películas de Laurent Cantet Listas inservibles (103)

26/4/24

5 películas de Laurent Cantet (1961-2024)


1. "Entre les murs" ("La clase"). 2008
2. "Recursos humanos". 1999
3. "Regreso a Ítaca" 2014
4. "El empleo del tiempo". 2001
5. "L'Atelier" ("El taller de escritura"). 2017


"Lo que veis en pantalla, lo que emana de su cine, es en realidad lo que era él: ante todo, un ser humano preocupado por la gente; después, un hombre afable; tercero, un ser político, pero en la acepción clásica del término, no en la que se enfanga en los partidos políticos, y un enorme conversador. Entendía español, le encantaba España... y a la vez era muy francés, en cuanto a sus principios sobre el debate social y en su base intelectual. Su último trabajo, 'Arthur Rambo' (2021), que pasó injustamente inadvertido en su estreno, me parece un filme que le define perfectamente: siempre con las antenas extendidas... y a la vez creando películas de factura impecable. Como 'Regreso a Ítaca', el mejor retrato de la debacle de Cuba. Cantet se acercaba a cualquier temática, aunque pareciera muy alejada de él, con absoluto respeto, preparado para aprender, escuchar y, finalmente, volcar en una película". (Gregorio Belinchón, El País)

"Correspondencias" (Rita Azevedo Gomes) Tocinillo de cine (69)

24/4/24

Mi vida tenía ahora la forma de la plazuela, el otoño en que tu muerte se organizaba meticulosamente. Me agarraba a la plaza porque amabas la humilde humanidad de las tiendas pequeñas en que los tenderos doblan y desdoblan paños y telas. Intentaba convertirme en ti porque te ibas a morir, y toda la vida dejaría así de ser mía. Intentaba sonreírles como lo hacías tú al quiosquero, al estanquero y a la mujer sin piernas que vendía violetas. Pedía a la mujer sin piernas que rezara por ti. Encendía velas en todos los altares de las iglesias de la esquina de la plaza, pues en cuanto abrí los ojos y vi, leí la vocación de eternidad escrita en tu rostro. Convocaba las calles, lugares y personas que habían sido testigos de tu rostro para que te llamasen y descosiesen la tela que la muerte tejía sobre ti.

Lisboa, 31 de diciembre de 1967.
Querido Jorge:
Disculpa mi silencio, pero el año que termina ha sido para mí terriblemente duro. Mi hermano Joâo, el arquitecto, murió súbitamente de un infarto el día 25 de junio. Tenía 46 años.
En agosto, en el Algarve, intenté recuperar el equilibrio y la calma. Pero a mediados de septiembre tuve que ir a Oporto, donde habían operado a mi madre de un tumor maligno. Durante dos meses estuve en Oporto, intentando conectar a mi madre a la vida y engañándome a mí misma absurdamente. Fueron días extraordinarios y maravillosos, en un otoño extraordinariamente cálido y luminoso. Pero hacia el 10 de noviembre, mi madre empeoró de repente y murió el día 17. Se murió con una especie de serenidad deslumbrada, y tras la extrema unción me dijo: 'Estoy contenta'. Pero aun así creo que tenía una discreta esperanza de vivir. Al revés de lo que pasa con esta enfermedad, parecía más joven y liberada del peso y la confusión de los años.
Mi madre, para mí, estaba ligada a la raíz de las cosas esenciales. Es una de las raras personas que aparecen en mis tres primeros libros, donde casi solo hay árboles y playas. Solo el tiempo me ayudará a explicarme esta separación.
Francisco y yo pensamos muchas veces en vosotros. ¿Cuándo nos veremos? Tengo ganas de verte llegar a comer.

938, Rowley Avenue, Madison. 9 de enero de 1968.
Querida Sophia:
Aprovechando una pausa en este trabajo brutal, iba a intentar escribiros otra vez, en esta confusión de cartas perdidas que es nuestra correspondencia. Cuando llegó tu carta del pasado 31 de diciembre, vino a sumarse a mi sentimiento depresivo hacia la vida y el mundo la noticia de las pérdidas que has sufrido. Tanto Mécia como yo lo sentimos mucho, y te mandamos nuestro más sentido pésame. La repentina muerte de tu hermano me afectó especialmente. La de tu madre, como dices, fue a pesar de todo algo diferente, si es que la muerte puede alguna vez ser diferente de sí misma.
La impresión que tengo cada vez más es que, a partir de un momento de la vida, empezamos a vivir como Rilke decía que se sentían los ángeles: sin saber si estamos entre vivos o entre muertos. Porque la gente desaparece, se transforma en memoria y nosotros vamos quedándonos en una irrealidad cada vez más extraña en la que la mayoría de los vivos no forman parte de nuestro mundo. Lo atraviesan como espectros secundarios, mientras que el espacio vacío se llena de espectros auténticos, que son precisamente los que han dejado de existir.
Vuestros hijos deben de estar ya muy crecidos... Los mayores nuestros son a veces demasiado americanos para mi gusto, que no es el del emigrante exitoso. Esto es lo que me duele de los países americanos que he conocido, países de inmigración: la presión para que el gusto se reduzca a un denominador común es enorme. Una tristeza del vacío. Estoy harto de las Américas. Pero es en ellas donde debo vivir y moriré, una ironía en mi vida: un sujeto irremediablemente europeo como yo, vuelto americano por el destino y que sigue siendo un escritor portugués, ¿no es cómico?
Iba a escribiros para deciros que la Universidad de Wisconsin me ha concedido un semestre sabático pagado en Europa. Esto significa que por fin iré a Europa tras nueve años de ausencia. Y espero pasar contigo y con Francisco los mejores momentos de mi estancia ahí.


14 de abril de 1978. Hoy he estado en Arezzo y en Siena. Tengo una especie de hambre de Roma. Roma es dorada y rosada y roja. Aquí hablamos de ti con tus amigos. De mi vida no sé qué decir, pues no sé lo que quiero. Y quizá no sea el momento de querer ya nada. En parte por distracción dejé pasar mi juventud. Pensé que pasarían los problemas, y no el tiempo.
Manda noticias.
Para ti y para Mécia, un beso de todo corazón.
Sophia.
Qué pena que estés tan lejos y nuestras vidas no coincidan.

Sophia de Mello Breyner Andresen y Jorge de Sena son dos de los escritores portugueses más importantes del siglo XX. El exilio de Jorge, perseguido por el salazarismo, se inicia en Brasil en 1959 y continúa en los Estados Unidos, en donde fallece en 1978. Nunca regresó a Portugal. Estas cartas, puestas en escena de manera ejemplar por Rita Azevedo Gomes, unen en la distancia a Jorge y Sophia, alimentando una complicidad afectiva e intelectual que mantendrán hasta el fin de sus vidas. Su correspondencia y sus poemas atraviesan cuerpos, idiomas, países e imágenes en un film ensayo en donde historia, política, pasado y futuro se entremezclan con libertad y absoluta maestría cinematográfica. Un inagotable tapiz de imágenes y sonidos: grabaciones, rollos de súper 8, cuadros, fragmentos de películas, puestas en escena, imágenes ensoñadoras, comentarios políticos sobre la dictadura y hasta famosos cinéfilos leyendo a cámara (como Eva Truffaut, Pierre León y Edgardo Cozarinsky), en una de esas (pocas) películas en las que cada visionado promete descubrir algo nuevo. (Filmin)

Nuevo regreso de Ride y The Jesus and Mary Chain Postales desde el asilo (98)

22/4/24

Mark Gardener: 6 de diciembre de 1969 (54 años).
Andy Bell: 11 de agosto de 1970 (53 años).
Ride acaban de publicar "Interplay", su séptimo disco.



William Reid: 28 de octubre de 1958 (65 años).
Jim Reid: 29 de diciembre de 1961 (62 años).
The Jesus and Mary Chain acaban de publicar "Glasgow eyes", su octavo disco.

Devalo Bocados (band)camperos (92)

20/4/24

"'Azul vindeiro' (Ferror Records, 2024) es el tercer álbum de Devalo, un proyecto que comenzó en 2019 en busca de un sonido personal que combinara guitarras y sintetizadores.
Esa propuesta continúa aquí, pero si en los discos anteriores hubo muchos referentes, en este trabajo ocurre todo lo contrario: es un intento de distanciarse de una búsqueda consciente de modelos musicales. Aunque todas las influencias siguen ahí, afloran en lugar de salir al campo a buscarlas".



"Columbus" (Kogonada) Tocinillo de cine (70)

17/4/24

"La ciudad que da título a esta película es un tesoro de la arquitectura modernista; y por tanto se entiende que el director Kogonada cargue de tanta significancia a los espacios como a los personajes que los habitan y los admiran, en especial dos jóvenes que pasean y fuman y comparten ansiedades acerca de sus padres y sus futuros. Mientras evoca a Ozu y Antonioni, y deja en el proceso que un sentimiento discreto pero muy intenso se cuele entre las juntas de sus elegantes geometrías, 'Columbus' se revela como una fascinante exploración de cómo las estructuras físicas pueden reflejar los referentes emocionales de nuestras vidas". (Nanco Salvá, El Periódico).

"The book of love" (Peter Gabriel) Transmutaciones (17)

15/4/24

Peter Gabriel: "The book of love" (The Magnetic Fields)

The book of love has music in it
In fact that's where music comes from
Some of it's just transcendental
Some of it's just really dumb

But I, I love it when you sing to me
And you, you can sing me anything


"Solo silencio" (Paraíso Perdido) Grábame una cinta de 60 (117)

12/4/24

Apareces de repente, nunca sé dónde estás.
Tus pasos me guían en mi soledad.
Acaricias mi mano solamente una vez.
Tus ojos me huyen fingiendo no ver
La noche se acerca y sé que te vas
vuelve otra vez, te necesito más.
Son unas palabras que cruza el azar
no sé si me escuchas y otra vez te vas.
Y solo tú
y solo yo.
Solo el silencio entre los dos


Paraíso Perdido fueron un grupo synthpop de Valladolid formado por Patxi Bravo (voz y sintetizadores), Javier San José (sintetizadores) y Carlos Fernández (sintetizador y batería). "Solo silencio" pertenece a su único single editado en 1986.

Émile Savitry Infraganti (9)

10/4/24

Anouk Aimée y su gato Tulipe en "La Fleur de l'âge" de M. Carné y J. Prévert, Belle-Île, 1947

Émile Savitry, Óscar Domínguez y amigos "en conversación" con la obra de Domínguez "Le Défi", París, años 50

Charlie Chaplin, en el Palais de la Mutualité, Paris, 1957

El prestidigitador Guy Bert, Paris, 1947

Refugiados españoles, Le Perthus, cerca de Perpiñán, 1939, tras la caída de Barcelona

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Fotografías de Émile Savitry (Saigon, 21 de enero de 1903 - París, 30 de octubre de 1967)

"Mi padre alemán" (Ricardo Dudda) Subrayadas (171)

7/4/24

Richard nunca dejó de ser para mí un personaje de ficción. ¿Cómo iba a ser real un personaje que tenía un pasaporte con una esvástica ensangrentada? La segunda guerra mundial es una ficción. Mi abuelo es una ficción. Al contarle a mi padre lo que hizo Richard, lo convertí también para él en una ficción. «No me entra en la cabeza», me dijo un rato después. «Yo lo recuerdo tan formal, con su uniforme.»

Hace unos años, mi novia y yo nos dimos un tiempo. Me fui con mi padre a El Hoyo para pensar. Siempre he creído que los problemas sentimentales se solucionan pensándolos más. Di largos paseos por la playa esperando una epifanía. Una noche, le expresé todas mis dudas a mi padre y me respondió que estar enamorado es como estar embarazada: o lo estás o no lo estás. Todavía no sé si tiene razón.

Los que nacieron en los años treinta o en los cuarenta se salvaron de asumir cualquier tipo de responsabilidad sobre el nacionalsocialismo porque eran niños o adolescentes. La culpa no es hereditaria. Bueno, no lo sé. Tal vez lo que no es hereditario es la responsabilidad; la culpa es mucho más complicada.

Me acuerdo de un poema del polaco Czesław Miłosz, otro desplazado por los cambios de fronteras en el siglo XX: nació en Šeteniai, un pueblo hoy lituano (y antes polaco y ruso) que está a trescientos kilómetros de donde nació mi abuelo. Se titula «Regalo»:
Qué día tan feliz.
Se disipó la niebla temprano, yo trabajaba en el jardín. Los colibríes se detenían sobre las madreselvas. No había nada en la tierra que deseara tener. No conocía a nadie que valiera la pena envidiar. Olvidé todo el mal acontecido.
No me avergonzaba pensar que era el que ahora soy. En el cuerpo no sentía ningún dolor.
Al incorporarme, vi el mar azul y unas velas.
Berkeley, 1971


Llevo aquí dos meses, estoy cansado, quiero volver a Madrid. Vengo muy a menudo y sin embargo me parece que nunca es suficiente. Me siento culpable por no venir más, pero cuando vengo la culpa no desaparece, se transforma: no le hago caso a mi padre, no paso suficiente tiempo con él, no exprimo este lugar, no me concentro como había planeado ni me relajo como había deseado.